Archivo | mi blog me habla RSS for this section

Proyecto Tetas

Ayer le hice caso a mi blog y me pasé al lado oscuro: poner fotos de tetas para tener visitas, como él me pedía. Entré en Google, elegí un escote, titulé «Tetas» al post, lo mandé al foro de Menéame y a Twitter y me senté a esperar y a comparar. A compararlo con este texto, el último en el que perdí cierto tiempo al escribir, el cual también envié a los mismos sitios.

Pues bien, los datos de esta mierda de estudio sociológico son aplastantes. El escote ha conseguido un 1.000% más de visitas en un día que un texto cualquiera de este blog. ¡Mil por ciento más! ¡Y ni se veían las tetas!

Conclusión:

Se veía venir. Y nada mejor que uno de los comentarios que han llegado a El Teléfono Verde tras enseñar el escote. Lo firma un tal Jose: «Es la primera vez que visito tu blog. Me ha encantado tu post. No creo que vuelva a leerte. Hasta luego».

Tetas

Mi blog, un tío ambicioso y con unas ganas enfermizas de protagonismo, me dijo hace ya tiempo que pusiera fotos de tías buenas para que así tuviéramos visitas. Miles de visitas, me decía el tío para venderme la moto. Siempre le dije que no, que si tenía un blog (a él) era para escribir, para forzarme a algo más complejo que a una foto de tetas.

Pero últimamente tengo poco tiempo, así que voy a hacerle caso. Por una vez. A ver qué pasa. Para darle un toque sociológico que en realidad no sé si tiene, compararé el número de visitas de estas tetas, que no he tardado ni dos segundos en encontrar en Google Imágenes, con este texto que escribí hace poco tiempo y me supuso algo, al menos un mínimo, de esfuerzo. Al igual que hice con el texto, mandaré el enlace al foro de Menéame y a Twitter y veré si es cierto que las tetas multiplican el número de visitas de este blog. Mañana lo contaré.

Chopped de pavo

Blog – ¿Qué pasa, Neng?
Gerardo – ¿…?
B – Soy yo, tu blog
G – ¡Ah! Eres tú. No termino de acostumbrarme a que mi blog me hable. Y menos a que me diga qué pasa, neng.
B – Está guapo, ¿eh?
G – ¿De dónde has sacado eso de qué pasa Neng? Es muy antiguo…
B – Lo vi el otro día. Enlazaste aquí alguna gilipollez de las tuyas a youtube y ya que estaba, me quedé viendo algunos videos. ¡Qué mala suerte, chato!
G – En fin… ¿Qué querías?
B – Nada, saludarte.
G – Muy bien. Ya lo has hecho. Hasta luego.
B – ¿Qué estabas haciendo?
G – Nada.
B – Algo estarías haciendo.
G – Nada.
B – Pero, es imposible no hacer nada. Es decir, en caso de que no estuvieras haciendo nada ya estarías haciendo algo, estarías haciendo nada ¿Me entiendes? No se puede decir que no se esté haciendo…
G – ¡Para ya! Estaba leyendo correos.
B – Y, ¿qué ponen?
G – Nada que te interese. Nada que ver contigo. Bueno sí, espera. Hay uno que habla de tí.
B – ¿Qué dice?
G – ¿Te acuerdas de aquello que publiqué de Campofrío? Lo del anuncio de los cascos azules que cantan La Macarena…
B – Si, una basura.
G – Si. Bueno, pues nunca te lo conté, pero resulta que tuviste muchas visitas con aquello.
B – ¿Cuánto es muchas visitas?
G – Veinte mil en un día
B – ¡Veinte mil! ¿Ves? ¡Te lo dije! ¡Hay que meter carne! ¡Fotos guarras, tías en pelotas y a petarme de visitas!
G – No metí fotos guarras. Era un texto especulando sobre cómo fue la reunión de los publicistas que hicieron la campaña de Campofrío. Lo que pasa es que alguien lo envió a Menéame, gustó, y fue a portada. Y una portada de Menéame son un buen puñado de visitas.
B – Si, si, lo que tú digas. Carne, Meneos… lo que vende es lo que vende. Pon fotos guarras, por dios.
G – ¿Cuántas veces tenemos que discutir esto? Bueno, a lo que iba… meses después, me ha mandado un correo la community manager de Campofrío España.
B – ¡Hostias! Eso suena potente. Community Manager. Me gusta ¿A qué se dedica una Community Manager?
G – Ni idea.
B – ¿Y qué quiere?
G – Pues me dice que se ha enterado de mi interés por los anuncios de chopped, y que Campofrío va a sacar una campaña nueva. Que si quiero, que me hace llegar el anuncio para que hable de él.
B – ¿Quieren comprarte? ¿Quieren que me trates como una puta escribiendo por encargo sobre chopped?
G – No, no lo creo. Era sólo una sugerencia.
B – Eres patético.
G – ¿Perdona?
B – A los buenos blogs intentan comprarlos. Mira cómo nos va por tu culpa. Si desde el principio me hubieras hecho caso con lo de las fotos guarras, no estaríamos en esta situación.
G – ¿Qué situación?
B – ¿Que qué situación? Joder, el artículo más leído que he tenido en año y pico es uno que hablaba de chopped de pavo. No sé a tí, pero para ser yo un blog de, y te cito literalmente, medios de comunicación, política, arte, historia, a mí esto me parece un poquito raro.
G – Si, la verdad es que es raro. En fin, gracias por tu reflexión. Pensaré en ello.
B – No hay de qué. Antes de despedirnos, una cosa: creo que esto puede tratarse de un problema de Neísmo.
G – ¿Neísmo?
B – Si, un huevo colgando y el otro lo mismo.
G – Adios.

Nuestra señora del Blog

– Blog: ¿Qué carajo pasa contigo?

– Gerardo: ¿…?

– B: Soy tu blog, imbécil.

– G: Ah, eres tú…

– B: Sí, soy yo ¿Qué te pasa? ¿Desde cuando no escribes nada? Déjate ya de semana santa. Deja de ver procesiones y mierdas y ponte a escribir, joder.

– G: No estoy viendo procesiones, no me gustan.

– B: Anda, el sevillanito nos ha salido ateo. Pues si yo no fuera un blog me gustarían las procesiones.

– G: Ah, ¿si?

– B: Pues sí, tiene que estar muy bien. Sobre todo cuando encuentran al negro. Eso tiene que ser la hostia, ¿verdad?

– G: ¿Cuando encuentran a qué negro?

– B: Sí, ya sabes, al negro…

– G: Creo que estás un poco confundido.

– B: Ya, sí, confundido… Bueno, ¿entonces me vas a contar por qué no escribes?

– G: Pues no sé, porque esto de escribir va un poco por rachas.

– B: ¿Tú comes por rachas? ¿Respiras por rachas?

– G: Pues no, pero es que yo soy una persona. Y tú sólo eres un blog.

– B: ¿Sólo un blog? Me voy a cagar en tu…

– G: ¡Eh! tranquilo.

– B: Me estás matando, me estás haciendo lo mismo que los romanos le hicieron al de los pelos. A él lo crucificaron y tú a mí me quieres matar por falta de visitas ¿Es que no miras las estadísticas? Me voy a morir en la puta mediocridad. Por dios, si no tienes nada que escribir, por lo menos pon fotos de tías enseñando las tetas, o cúrrate un montaje de Ricky Martin con el perro de la nocilla, yo qué sé ¡Haz algo! ¡Reacciona, joder!

– G: Ya te dije una vez que no quería un blog para esas mierdas.

– B: Perdón, que el señorito va de intelectual y no quiere poner fotos guarras, pero aquí el que se muere soy yo, ¿entiendes?

– G: Pero qué obsesión ¿Qué más te da el número de lectores? Relájate. Descansa unos días ¿Los blogs no tenéis vacaciones de semana santa o qué?

– B: Sí, claro, tenemos semana santa. Y sacamos en procesión a la elefanta de Menéame y a tu puta madre.

– G: No te pases, eh?

– B: Me paso lo que me da la gana. Oye, hablando de Ricky Martin… qué fuerte, ¿no?

– G: ¿Qué fuerte qué?

– B: Ahora me vas a venir con que no sabes nada… al señorito no le interesan esas cosas tan vulgares. Él es mucho mejor que todo eso…

– G: No es eso, es que no sé de qué me hablas.

– B: Claro, la noticia te pilló viendo los documentales de La 2, ¿verdad?

– G: Mira, paso de ti. Déjame tranquilo.

– B: Oye, ¿dónde crees que estará el rey en semana santa?

– G: Eres un coñazo.

– B: A ver, en Navidad, esquiando en Baqueira, en verano con el yate en Mallorca, durante el resto del año detrás de Fernando Alonso… bueno, detrás, pero no como Ricky, sino siguiéndole en las carreras y eso, pero en semana santa… ¿dónde coño se meterá?

– G: Por favor, déjame en paz ya.

– B: Yo creo que estará haciendo lo de siempre. Se habrá ido de pu… de puente. Dicen que le encanta irse de… ya sabes, de puente.

– G: No sé. No tengo ni idea. Te voy a ir dejando, que tengo cosas que hacer.

– B: Vale, pero dos cosas. Una. Escribe más a menudo. Y dos. Si encontráis al negro, hazle una foto, ¿vale?

– G: Adiós.

El abandono

Blog- Lo sabía, lo sabía, lo sabía…

Gerardo-  ¿…?

B- Sabía que ibas a hacerme esto.

G- ¿Otra vez tú?

B- Sí, capullo, otra vez yo. Tenía razón cuando te dije que eras un cabrón; cuando te dije que ibas a traer un blog al mundo para dejarlo luego abandonado a su suerte. Como a un viejo en una gasolinera. Y todo eso me daría igual, me la pelaría, ¿sabes?, pero es que resulta que ese blog soy yo, hijo de puta.

G- Me alegra que vuelvas a manifestarte pero, por favor, no me insultes. Capullo, cabrón e hijo de puta en un par de líneas es demasiado, ¿no crees?

B- A mí no me parece demasiado para escoria como tú. Por tu culpa tengo el número de visitas al mínimo. Me estás dejando morir lentamente, ¿verdad?

G-No digas tonterías.

B- Hasta las feministas asesinas de niños tienen más corazón. Al menos ellas se gastan dinero en ir a Londres… pero tú… lo tuyo no tiene nombre. Me abandonas y me dejas morir sin más. Ni viaje a Londres, ni ostias.

G- Tú sigue así, desvariando como siempre, diciendo barbaridades…

B- ¿Desvariando? En el último mes no te has preocupado ni de escribir un mal texto ¿Te crees que soy gilipollas como tú? Copia que te copia. Me doy cuenta de todo, ¿sabes? Cuando no es del blog de tu puto amigo el Paco ese, es del blog de cualquier periodistucho de mierda. Sólo publicas textos que han escrito otros ¿Sabes cómo se siente uno cuando le hacen eso? ¿Lo sabes? Se siente como una puta; así es como se siente.

G- A ver, es verdad que últimamente no he dedicado mucho tiempo al blog, pero… (Interrupción)

B- ¿Cómo que «al blog»? ¡Lo dices así, como algo impersonal, para que no se note el sufrimiento! ¡A mí cabrón, no me lo has dedicado a mí!

G- Bueno, sí, a ti, dilo como tú quieras. Entiende que aún me cueste asumir que un blog habla ¿Me dejas que siga?

B- Para las mentiras que me vas a contar, mejor te callas, pero bueno…

G- Gracias. Te decía que no le he dedicado… que no te he dedicado, perdón, mucho tiempo últimamente, pero no tengo pensado dejarlo. Hay épocas en las que apetece más escribir y otras en las que menos. Hay épocas en las que pasas más tiempo delante del ordenador y otras menos ¿Lo entiendes?

 B- Vete a chuparla.

G- Mira, paso de ti. No sé ni por qué te respondo. Y por favor, deja de hablar de esa forma.

B- Eso, tú pasa de mí, déjame morir ¡Asesino fascista! ¡Rojo!

G- Dices cosas incoherentes.

B- ¿De quién habré aprendido?

G- Mira, no tengo por qué aguantarte estas tonterías. Es mi blog y escribo cuando quiero. Adiós.

B- (Larga lista de insultos)

Auto-gestión

Blog – ¿Pensabas que había muerto, verdad, cabrón?
Gerardo – ¡Hombre¡ Cuánto tiempo…
B – Pues no, aquí sigo, y no me podrás callar, ¿sabes?
G – Me alegra saber de ti, hacía ya un montón de tiempo que no te «auto comunicabas»
B – Hipócrita…
G – Joder, te estoy diciendo que me alegra saber de ti… no me insultes, ¿no?
B – Maldito hijo de…
G – ¡Eh! No te cueles
B – Bueno, voy al grano. Quiero que dimitas
G – ¿Dimitir? ¿De qué?
B – De mí, de este blog, de llevarlo, de actualizarlo, de publicar. Quiero auto gestionarme
G – ¿?
B – Creo que su gestión es muy mala, váyase, señor Gerardo
G – Ostias, lo que me faltaba…
B – No tenemos visitas a penas, no sacas tías desnudas, todo lo que me haces contar es una puta mierda. Siempre basura sobre periódicos o chorradas infumables o cosas de política. Y para una cosa importante que pasa en política ni la nombras. Eso es ocultar la realidad. Tienes que dimitir.
G – Ya te he dicho otras veces cuál es la situación. Eres mi blog. Este es mi blog, quiero decir. Y en él escribo sobre lo que me da la gana. Y si no hay muchas visitas me da igual, también te lo expliqué al empezar con esto.
B – Eres un mierda.
G – Sin insultar, por favor…
B – «Sin insultar, por favor», que este es un blog muy culto y no ponemos fotos guarras ni queremos muchas visitas… ¡Por favor, hombre! ¡Dimite de una vez! Y deja de ocultar las informaciones políticas que importan
G – De qué me hablas…
B – Del negro asesino de animales
G – No te entiendo, tío, lo siento ¿Tienes algo más que decir o te vas ya?
B – Eso, además de matarme del aburrimiento me censuras. Te pareces al iraní ese de las barbas. O lo que es peor, al negro.
G – ¿A qué negro? ¿De qué me hablas?
B – El asesino de moscas. Es como tú. Palabras muy educaditas, muy cursis, muy todo, y luego pasa una mosca a su lado y la revienta. Valiente hijo de puta… Yo a Bush nunca lo vi matando un ser vivo
G – Aunque seas un blog, creo que estás delirando o algo así
B – Sí, delirando… mis cojones sí que están delirando. Mira cómo deliran… Eres peor que el negro. ¡Dimite ya!
G – Y dale… qué pesadito. Vamos a ir terminando esta conversación, ¿no?
B – ¡Que todo el mundo se entere! ¡Aquí se censura! ¡Freedom to El Teléfono Verde! ¡Gerardo dimisión!
G – Tío, tú estás muy mal, ¿eh?
B – Yo no estoy mal. Quien está mal eres tú, dictadorzuelo
G – Estás empezando a resultar repetitivo… dejémoslo aquí
B – ¡Libertaaaaaaaaaaaaad!

P.D: Este blog denunció torturas físicas del administrador justo tras publicarse esta entrada. El administrador asegura que no sabe cómo se puede maltratar físicamente a un blog. Nadie investigó demasiado este hecho y nunca se supo nada.

Una semana

Blog – Hola

Gerardo – No sé si esto es bueno o malo, pero ya ni me sorprende que me hables

B – (suspiro forzado)

G – ¿Qué pasa?

B – (suspiro más forzado)

G – Si no me vas a decir nada…

B – Mira, no me tires de la lengua…

G – A ver, ¿qué quieres?

B – ¿Sabes qué día fue ayer?

G – Sábado

B – ¿Nada más?

G – Día 7

B – Eres un cerdo

G – ¿Perdona?

B – Ayer cumplí una semana, y ni siquiera te pasaste por aquí

G – Bueno, hago otras cosas además de escribir aquí

B – Tienes otro blog, ¿verdad? Eres un cerdo

G – Pero ¿qué dices?

B – Lo que has oído. Dime la verdad

G – Joder…

B – Ni joder ni ostias. Me abres, me pones un nombre patético, escribes mierdas sobre corresponsales de guerra y políticos, no subes ni una puta foto guarra, no tengo casi visitas y ni siquiera tienes la decencia de felicitarme cuando cumplo una semana

G – Joder, lo siento, me olvidé

B – ¿Me olvidé? Vete a la mierda

La erección

– ¿Qué hay de nuevo, viejo?

¿Otra vez tú?

– Pues sí.

– ¿Y qué quieres ahora?

– Joder, parece que no te alegraras de hablar conmigo, lince.

– Si te digo la verdad…

– Sólo quería saludarte, que ya hace un par de entradas que no hablamos. A propósito… cómo te lo digo para que no te duela demasiado… vaya basurillas has escrito estos días, ¿eh?

– No me importa tu opinión.

– Sí, claro…

– Pues no, no me importa nada.

– Pareces Luz Casal.

– Vete al carajo.

– La entrada de la sobrina esa del vigilante de la playa no podía ser más cursi.

– ¿Me quieres dejar en paz?

– Joder, soy tu blog. Tendré que ser sincero contigo, ¿no?

– Además, no era la sobrina del vigilante de la playa, sino de James Buchanan, un Presidente de EE.UU.

– Lo que tú digas, lince. Y del artículo ese del ABC qué me dices. Otra mierda ¿Cómo se te ocurre poner un artículo de hace 80 años?

– A ver, blog de los cojones, me da igual lo que pienses. Limítate a estar calladito y yo me limitaré a escribir. Y no me digas lince, por favor.

– Verás, lince, es que a este ritmo, con post como los que has empezado, no vamos a ningún sitio. Y entiéndeme, uno tiene ganas de ser alguien. No sé, algún premio de esos que le dan al blog de Escolar o al de la abuela gallega. Esos sí que tienen suerte. Escolarpuntonet… joder, cómo suena. No me digas que no…  ó Enriquedanspuntocom… dios, creo que estoy teniendo una erección.

– Me estás empezando a dar miedo.

Un, dos, tres, probando

probandoUn, dos tres, probando. Probando, probando…

Bueno, aquí estoy delante del teclado. Hacía tiempo que me rondaba por la cabeza la idea de abrirme un blog. Me apetece bastante. Aunque tengo bastante experiencia en publicar en internet, nunca me había dado por abrir un blog personal. He hecho una revista cultural con amigos y he llevado algún que otro blog temático, pero ahora, no sé por qué, lo que me apetece bastante es…

– Hola, qué pasa…

– (silencio)

– He dicho hola, ¡maleducado!

– (acercando la oreja al altavoz)

– Soy el blog, ¡idiota!

– ¿Cómo?

– Que soy el blog, ¡tu puto blog, coño!

– No entiendo nada

– Te lo voy a explicar como a los niños, porque no pareces muy espabilado: SOY-TU-BLOG y TE-ES-TOY-SA-LU-DAN-DO. HO-LA

– ¿Pero esto qué es?

– Y dale…

– No entiendo nada

– No, ya veo, no eres un lince, precisamente. A ver, ¿tú no acabas de crear un blog?

– Sí, pero…

– Ni pero ostias ¡Ya está! Soy yo ¿Qué cojones hay que entender?

– Hay que entender que un blog me esté hablando ¿Te parece normal?

– A mí quien no me parece normal eres tú

– Eh, no te pases, ¿vale?

– Uh, ¡qué miedito! He enfadado a «mi administrador»

– Bueno, vale, eres mi blog ¿Qué quieres?

– Nada joder, sólo quería saludarte. Me gusta ser educado, lince. Me imagino que nos queda un tiempo juntos

– Sí, supongo…

– Ya empezamos… ¿qué cojones significa «supongo»? Eres uno de esos cabrones que abre un blog y lo dejan abandonado a los dos días, ¿verdad?

– A mí no me insultes

– Fijo que sí. Eres uno de esos cabrones

– Vamos a ver, si he abierto un blog…

– Ejem…

– Si te he abierto, quería decir, es porque tengo intención de mantenerte un tiempo

– ¿Cuánto tiempo?

– No lo sé, joder. Si ni siquiera me has dejado terminar mi primera entrada

– Porque estaba siendo una mierda ¿Cuánto tiempo me vas a mantener?

– ¡Que no lo sé!

– Eres uno de esos, seguro. Como mi anterior dueña

– ¿Anterior dueña? Pero si te acabo de crear yo

– Sí, pero antes era otro blog, uno de medicina natural. Una puta mierda. 15 visitas al día, la mayoría colegas de la tía loca esa. Estaba enganchadísima a la mierda natural. Me abandonó a los 4 meses. Y antes fui un blog de un tío que ponía fotos guarras. Eso estuvo bien. Me cerraron porque estaba en una plataforma que no permitía esas cosas y algún cabrón denunció que yo existiera. No serías tú, ¿no?

– Cada vez entiendo menos lo que está pasando aquí

– A ver, lince… cómo explicártelo… los blogs nos reencarnamos, ¿cómo te has quedado?

– ¿Qué?

– ¿Eres sordo o tonto?

– Tío, deja ya de insultarme

– Bueno, pues eso

– ¿Reencarnación?

– No eres sordo, eres tonto, está claro

– Joder, para ya, ¿no?

– Bueno, cuéntame ¿De qué voy a ir? Fotos guarras, ¿verdad?

– Pues no

– Venga, joder. Nadie va a denunciarme esta vez. Vamos a petarlo, lince

– No quiero hacer un blog de fotos guarras. Eso es aburrido. Y no me llames lince

– Y tú eres divertido, no te jode… Bueno, entonces de qué carajo voy a hablar, ¿lince?

– En principio tengo ganas de escribir sobre medios de comunicación, política, arte, ciencia, historia… no sé, de todo un poco. De lo que me vaya apeteciendo

– Vaya-Puta-Mierda. Así de claro te lo digo

– ¿Mierda? ¿Por qué?

– Porque ya me veo como con la loca naturalista, 15 visitas y gracias

– Me da igual el número de visitas. Lo hago porque me gusta escribir

– Jajaja, espérate que me entra la risa. Claro, te da igual el número de visitas… y por eso me creas, ¿no? Si no quieres que te lea nadie, cómprate una libreta

– No he dicho que no quiera que me lean

– Sí, lo has dicho ahora mismo

– No, he dicho que me dan igual las visitas. Hombre, si me lee gente, pues mejor que mejor, pero no es ese el fin de crear un bl… de crearte a ti. Me gusta eso de poder compartir e intercambiar opiniones por internet

– “Me gusta compartir e intercambiar opiniones” ¿Te estás oyendo? Eres un puto típico ¿Lo sabes? ¿Tienes gafas de pasta, verdad?

– Pues sí, pero es porque tengo una miopía de caballo

– Con miopía o sin miopía, eres un gafapasta, lo sabía. Me cago en la ostia, qué mala suerte

– No te quejes, verás como al final te alegras

– Cómo me llamo, gafapasta

– No me llames gafapasta

– Cómo me llamo, lince

– Tampoco me llames lince, ¡joder! Te llamas «El Teléfono Verde»

– Dios, quiero vomitar ¿El teléfono verde? ¿Qué puta mierda de nombre es ese?

– A mí me gusta

– Pues cuando tengas un hijo le pones de nombre teléfono verde, pero a mí no me jodas, ¿vale? Yo no me quiero llamar así

– Demasiado tarde, creo

– Qué asco, joder, qué asco…